Eso expresa el dicho popular y cada día me convenzo más de cuán cierto es. Hace poco ocurrió algo muy desagradable donde vivía y en el momento pensé que era una desgracia, porque me sentía bien en ese lugar a pesar de algunos inconvenientes con alguien que la verdad, para mi ya no tenía importancia, aunque hoy hasta le podría agradecer, porque lejos de dañarme me hizo un bien… Estoy viviendo en un buen lugar, con la privacidad de un baño para mí sola y sobre todo con alguien a quien en poco tiempo aprendí a querer y lo Más Importante! también quiere a los míos.
Este ser lleno de bondad me ha enseñado mucho, es de esas personas que no le dan tregua a la vida y creo que tiene razón… los días pasan volando y no sabemos cuando dejaremos este mundo.
En la nueva casa además hay varias mascotas, digamos casi un zoológico, 2 Golden Retriever, 3 Basset Hound y 2 Salchichas (estos últimos son el geriátrico, están viejitos), también hay 5 acures, 3 de pelo corto y dos de pelo largo, hay uno que es medio Punk, luego está el gran jardín cuya grama se corta todos los fines de semana y todo esto lo hace la dueña de la casa (Sola) que además trabaja… claro que yo no pelo ayudar con la grama una que otra vez y es super divertido (no sé si pensaría lo mismo de tener que hacerlo siempre, Je!).
Los alrededores son agradables, hay mucha vegetación y naturaleza y en las mañana se ven muchos pajaritos.
Como todo, nada es perfecto y vivo un poco lejos (más o menos donde el diablo perdió los calzones), pero lo que no cuesta no se valora. Estoy disfrutando de esta nueva experiencia y espero poder retribuir algún día la solidaridad que he encontrado en tanta gente linda.
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